lunes, 9 de junio de 2014

Viviendo el Inti Raymi

El que tiene envidia de los buenos saca de ellos mal para sí, como hace la araña en sacar de las flores ponzoña
Pachacutec

Desde el norte hasta el sur, nuestro país es rico en costumbres y tradiciones los cuales nos hacen recordar la herencia de nuestros padres y ancestros, que con orgullo logramos sentirlos y vivirlos hasta su máxima expresión.

Podemos afirmar que los peruanos, tenemos un tesoro invaluable que ni el tiempo podrá enterrar ni podrá esconder, ya que ello es parte de nuestro orgullo y nuestra alma como ser humano que somos.

Representación del Inti Raymi
Una máxima expresión de nuestra cultura es celebrar una Fiesta Ancestral que cada año podemos recordar, el Inti Raymi. Nuestra lengua ancestral, el quechua, nos ayuda a comprender que esta ceremonia religiosa,  se celebra en la ciudad del Cusco, La Fiesta del Sol, ya que nuestros ancestros, los Incas, realizaban cada solsticio de invierno en los Andes.

Durante la época de los incas, el Inti Raymi era el más importante de los cuatro festivales celebrados, según relata el Inca Garcilaso de la Vega, e indicaba la mitad del año así como el origen mítico del Inca. Duraba 15 días, en los cuales había bailes y sacrificios.

En la época de los incas, esta ceremonia se realizaba en la plaza Huacaypata, hoy Plaza de armas del Cusco, con la asistencia de la totalidad de la población, tal vez unas cien mil personas.

El último Inti Raymi con la presencia del emperador inca fue realizado en el año 1535.
En 1944; Faustino Espinoza Navarro efectuó una reconstrucción histórica del Inti Raymi. La reconstrucción se basa en la crónica de Garcilaso de la Vega y sólo se refiere a la ceremonia religiosa. Desde esa fecha en adelante, la ceremonia vuelve a ser un evento público y de gran atractivo turístico.

Hoy en día lo recordamos así.




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